Expressions

martes, septiembre 12, 2006

Con el tiempo...



Hoy he decidido marcharme del pasado, siento que no debería estar aquí, que me gustaría estar a miles de millas, porque este no es mi lugar. No hace falta hablar… el amor murió poco a poco como una flor que no recibe agua. Ahí quedan heridas sin cerrar, discusiones absurdas y reproches infundados ante esa inseguridad que me ahogaba cada día más.

Hoy he sacado la maleta del armario ante mi propia mirada incrédula, intentado llenarla de buenos recuerdos y frases llenas de amor, aquellas frases que poco a poco se fueron vaciando, quedando huecas y sin sentido.

Hoy he decidido desaparecer del ayer y empezar un nuevo despertar con su nueva mañana, un nuevo vocabulario, y porque no, una nueva vida… así que me voy, para mi otro lado, ese a donde debo estar.

Los planes del futuro se quedaron escritos en la arena, las promesas del amor eterno navegaron a la deriva. Ya no queda nada en este corazón, ni siquiera me quedan lágrimas, por eso hoy he decidido marchar.

Aquí estoy, subido en un tren que me devuelve a mi vida, sostenido a mi maleta como si fuera un salvavidas, rodeado de gente desconocida y ajena a todos mis problemas. Y claro ahora me siento bien, porque cierro un capítulo y empiezo otro.

Hoy me puse a pensar la importancia que no le damos a la vida, cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos.
Si dudas todos estamos llenos de momentos felices y nos sentimos morir cuando algo se termina. La felicidad llega en cualquier momento, es verdad, aunque igual todo en el mundo se termina también en cualquier instante, hasta lo más hermoso y hasta lo más molesto y doloroso.

Acá en este punto de encuentro podríamos pensar, analizar y concluir que estar solos es algo así como llegar al fin de la vida y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban ahí tan cerca… mas cerca de lo pensábamos.
El amor tiene miles y miles de vueltas y porque no, a veces nos sorprende y nos da felicidad igual como en esos momentos difíciles que se transforma en lo peor que hay… casi hasta arroyarnos y sentir que la respiración acaba con nuestro ser.

Pero pensándolo bien, luego de ese espacio en el encuentro de mi mismo, creo que crecí un poquito mas, como seguramente muchos de Ustedes han crecido, aprendí a sonreír y a ver la realidad tal cual como es, pero por sobre todo pude darme cuenta que no sirve el ORGULLO cuando existe la AMISTAD, que no sirve LLORAR cuando un amor se va, que no vale la pena aprender a CALLAR y que no existen FRONTERAS mientras nos sintamos vivos.